martes, 4 de enero de 2011

Carta Jacobo Durán-Loriga

Ante la desaparición del CDMC: ¿De qué os sorprendéis, amigos míos?


Me llegan por distintos conductos iniciativas para que la profesión, entiéndase los compositores y los grupos especializados, alce la voz ante la desaparición del CDMC. Desde luego me parece deplorable que el centro, creado por Javier Solana cuando fue ministro de cultura, haya sido borrado del mapa. Más cuando tenía asentada su temporada en el Museo Reina Sofía, con éxito de público, y no estaba “de prestado” en otros lugares como ha ocurrido en otros momentos de su historia. Por otra parte me parece prematuro prejuzgar la actividad del nuevo CNDM, que junto a la música contemporánea se ha de ocupar de otras músicas. Quizás, y esto es más un deseo que una esperanza, no se vea tan mermada la actividad a medio plazo.

En todo caso me alegra ver la reacción de mis colegas que también se turban por la pérdida de la dirección artística del Auditorio Nacional. Tampoco es buena noticia, pero ¿acaso no se veía venir? Son decisiones gubernamentales que aunque nos toquen de cerca no están aisladas. Recordemos lo ocurrido con la Biblioteca Nacional o lo que se suele programar en los Institutos Cervantes…

Desde que llegó la Señora González-Sinde al Ministerio de Cultura, éste ha dejado de ser de cultura para ser de hecho de “industrias culturales”, con especial interés en perseguir la piratería… No paran de hablar de la marca España, como si lo nuestro fuese El corte inglés, de interesarse por la mayor gloria del Flamenco, que no es que me parezca mal, si lo demás no quedase desatendido, y dejando claro que no todos los españoles nos identificamos con el flamenco, ni mucho menos. Por otra parte, se monta un premio nacional de “músicas actuales” para dárselo a Serrat, muy señor mío. Y me pregunto si la música que yo escribo no es actual, ¿qué es? ¡Marciana por lo visto! También se organiza un circuito para los cantautores, que ya tienen su circuito comercial. En la Expo de Shangai, la música de creación ha brillado por su ausencia, lo que había que mostrar era un autómata gigante, especie de cría de Pantagruel. Desde Presidencia de Gobierno se organiza el festival “Ellas Crean”, con gran presupuesto y que salvo en una ocasión, no ha dado cabida a las compositoras de música culta. Más: ¿habéis visto la composición del Consejo Estatal de las Artes Escénicas? No hay representantes del gremio de los compositores; ¡en el anterior había dos! Será porque que alguna vez que los compositores han dicho algo ha resultado incómodo. ¡Lo digo porque fui portavoz de los compositores en el segundo encuentro de Alicante, y de lo que propusimos no se ha hecho nada!

Lo cultural es poco respetado por nuestros gobernantes y lo público es malbaratado. Hablo por la herida ya que he vivido el desmantelamiento de una empresa pública como RTVE, y más de cerca de Radio Clásica. Desde entonces no hay ningún compositor en plantilla, cosa que no ocurría desde su creación. Mi programa La noche cromática, que sin estar dedicado a la música contemporánea, pretendía dar voz a la creación actual fue eliminado y mis protestas me han llevado a figurar en la lista negra de la empresa, con lo que se me niega la posibilidad de volver a trabajar allí. Sí, así se las gastan: ¡¡¡en una empresa pública hay listas negras!!! Con que, ojo con protestar. O total, qué mas da, si las subvenciones ya tienen las horas contadas.

Poco se me ocurre que se pueda hacer: ¿invitar a la reflexión cuando llegue la hora del voto? ¿reunir firmas?… Contad con la mía, pero ¿a quién se le manda? No al Ministerio, menos aún a Presidencia, el Rey está para otras cosas. Tampoco a los medios de comunicación, que han suprimido las críticas de música culta y no hacen hueco a la creación actual, y si alguien escribe algo suele ser un analfabeto musical. Como consecuencia de lo cual la opinión pública nos ignora, o tiene la idea de que somos unos parásitos sociales que protestan porque se nos ha retirado la teta nutricia a la que (algunos) estaban enganchados.

Por otra parte, ¿qué hemos hecho los compositores gremialmente? ¿Construir asociaciones locales, para auto-programarnos con las subvenciones que mendigamos? ¿Dejar que la “Sociedad de Autores” se convierta en algo gestionado por intérpretes (de música de consumo) y editores? Véase lo que promueve Arteria: ¿dónde quedó aquello de “lo primero el autor”? Si la desaparición del CDMC y de la dirección artística del ANM pueden propiciar cierta unión entre los compositores, bienvenida sea, pongámonos a ello. Pero quizás antes de pedir haya que reflexionar sobre lo que hemos estado haciendo. La autocrítica debería llevar a la construcción de una asociación nacional de compositores que pueda hablar en nombre de todos (¡y no pedir subvenciones para sí misma!). Los grupos deben hacer otro tanto, claro. Y vigilar que el CNDM siga destinando recursos a la música de creación. Pedir que siga existiendo un festival que sirva de plataforma internacional, como lo ha venido siendo el F. de Alicante. Pedir que nuestras orquestas dejen de tocar la música española actual de manera simbólica o vergonzante cuando lo hacen, especialmente en sus giras extranjeras, y que allí donde la cultura española tenga presencia, la música de creación forme parte de lo que se muestra. Esto es seguramente más importante que pedir que nos devuelvan el CDMC que nos han quitado, por más que nos encantaría que así fuera.

Empecé a componer cuando no había CDMC, los grupos eran pocos y deficientes, y la industria discográfica un erial. Cuando ha habido vacas gordas no me he aprovechado mucho de ellas, la verdad. Creo que ahora estamos en mejor situación, sin duda. Toca cuidar las iniciativas privadas que existen, esperar que los intérpretes generen su propio circuito y confiar en que vengan tiempos mejores. Y a seguir componiendo, amigos.

Jacobo Durán-Loriga

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